martes, 21 de agosto de 2007

El silencio de las sirenas


Cuando mi profesora de COU nos obligó a leer este libro, pensé que sería otra obra densa e ilegible que de vez en cuando teníamos como lectura obligatoria. Me sorprendió que la autora (Adelaida García Morales) fuera casi desconocida para nosotros, no teníamos ni un dato de su biografía ni tuvimos que estudiar las características de su obra. Y empecé sin darme cuenta a introducirme en una historia de obsesión y fustración que Elsa, su protagonista, construía a su alrededor y también al mío. El culpable de su tormento es elegido casi al azar, es un ser al que apenas conoce y que vive en la lejana Barcelona. Elsa es un ser torturado por la indiferencia, por la falta de pasión que la rodea. Se siente atormentada por los fantasmas de su propio espíritu embebido en frustración.
Adelaida García Morales cuenta esta historia por medio de la voz interpuesta de María, la maestra de una aldea perdida de Las Alpujarras, lo cual permite establecer una medidísima relación de distancia y, a la vez, complicidad con los hechos contados. La novela tiene aires románticos de postal teñida por el tiempo, pero sin caer en la tentación de convertirse en novela rosa. Toda una revelación en el panorama literario español de los años ochenta.
¿No creeis que todos tenemos algo de Elsa? En general idealizamos en exceso, siempre tenemos grandes expectativas cuando amamos, cuando necesitamos sentirnos escpeciales, construimos nuestro propio mundo tal y como nos gustaría que fuera... y al final la realidad es siempre diferente. Y en muchos casos el choque entre realidad-ideal es brusco y doloroso, el despertar de ese sueño es casi lo peor que te puede pasar en la vida, pero entiendo que en muchos casos, quizás sea esa la única forma de darle sentido a una vida.

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