miércoles, 29 de agosto de 2007

La invención de Morel



En una isla solitaria, casi utópica, desembarca un fugitivo en busca de libertad. Y esa libertad y esperanza la encuentra a través del amor. Un amor que es incapaz de mirarle a los ojos, que ignora que es amado. Y la ilusión es la que le da vida, a través de la muerte.

Este es un libro extraordinario que encierra entre sus páginas una mezcla de todos los elementos que hacen de un relato una buena novela: emoción, intriga, amor, lenguaje cuidado, imaginación y, por supuesto, buena prosa. No en vano, en cierta ocasión, Jorge Luís Borges afirmaba: "He discutido con su autor los pormenores de su trama, la he releído; no me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta". Borges se refería a La invención de Morel, escrito por Adolfo Bioy Casares.

En La invención de Morel, se pone de manifiesto la eterna preocupación del hombre que tantas páginas ha llenado en la historia de la literatura: la búsqueda de la inmortalidad. Morel inventa un artilugio para capturar imágenes, sonidos, pensamientos y sensaciones, algo extraordinario para la época. Pero el inventor va más allá, y pretende la inmortalidad capturando el alma de las personas. Para ello es necesario un paso trascendental: la muerte.

Morel estaba enamorado de Faustine, y para conseguir su amor y estar toda la eternidad juntos graba las imágenes con su máquina. Pero no está sola, y todos los demás acompañantes caen en la misma trampa. Una trampa en la que más tarde participará el propio fugitivo, al enamorarse de la imagen de Faustine e intentar que ella sienta lo mismo. El amor es el hilo conductor, el “leitmotiv” que impulsa a los personajes a cometer las acciones. El fugitivo comprende, finalmente, que para estar con Faustine debe morir primero, aquí se muestra otro de los tópicos literarios “el amor como símbolo de la inmortalidad”.

Los espejos, al igual que las fotografías, reproducen la realidad. Pero es una realidad “no real”, ya que no muestra los sentimientos ni el alma de aquello que capturan. Morel intentó, con su máquina, construir su propio mundo en una isla desierta. Esa isla utópica es un reflejo de aquello que queremos ser y sentir, pero no deja de ser una utopía, un sueño. Y la vida, muchas veces, se construye a partir de sueños.

Os dejo una cita de Borges que utilicé para una crítica literaria:

“Desde el fondo remoto del corredor, el espejo nos acechaba. Descubrimos (en la alta noche ese descubrimiento es inevitable) que los espejos tienen algo monstruoso. Entonces Bioy Casares recordó que uno de los heresiarcas de Uqbar había declarado que los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de hombres”
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius. Ficciones.
Jorge Luís Borges.

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